Director: Paolo Sorrentino
Duración: 100 minutos
País: Italia
Elenco: Toni Servillo, Olivia Magnani, Adriano Giannini, Antonio Ballerio, Gianna Paola Scaffidi, Nino D'Agata, Vincenzo Vitagliano, Diego Ribon, Gilberto Idonea, Giselda Volodi, Giovanni Vettorazzo, Gaetano Brtuno, Ana Valeria Dini, Vittorio Di Prima, Angela Goodwin, entre otros.
" La vida de un hombre introvertido cambia por completo cuando se siente atraído por una joven mesera."
Este filme italiano se eleva hacia otro nivel, uno que está muy por encima de la media de la mayoría de las películas que se realizan. Se trata de una obra que penetra en la mente y en los pensamientos que la acompañan. Cuenta con un entorno y una atmósfera muy peculiares que son creados con la ayuda de una admirable banda sonora.
El título de la obra casi promete una historia de amor que contar con un final feliz incluido, una especie de bella imagen romántica que compartir con elementos de un thriller en su concepción. Pero, más tarde aparece la incógnita de dónde proviene o hacia quién va dirigido dicho amor, no importando si este lleva como destino a un ser humano o a un simple objeto. El deseo por el dinero, el contador solitario, la prudencia y los errores cometidos en las prioridades que se asignan en la vida están justo en el centro de la tesis de esta película.
El hotel donde habita el personaje principal encarna lo fútil de la existencia. Se asumen riesgos cuando se es joven y se tiene por delante una amplia gama de perspectivas para el futuro. Sin embargo, el precio de un error suele ser demasiado alto como para alcanzar corregirlo durante el resto de la vida. Y si somos capaces de asumir dichos riesgos y superar las consecuencias que conllevan en una nueva oportunidad, sigue siendo la pregunta fundamental para todo el asunto
En mi caso, la cinta me asombró en muchos aspectos. Entre ellos, diría que la trama y el desenlace del relato son bastante impredecibles. En algunas secuencias seguía prácticamente cada movimiento de la cámara, incapaz de quitar mis ojos de la pantalla. Por otra parte, las motivaciones de cada personaje están saturadas de decepción, lamento y moderación ante el ritmo lento y sofocante de la vida.
Un hombre llamado Titta que alguna vez tuvo como ocupación ser corredor de bolsa, un ser que anhelaba una existencia apasionada y amoral, pierde todo lo que poseía en el juego de la supervivencia y ahora debe seguir la rutina recurrente de su existencia que parece volverse eterna. Entonces, incapaz de convertirse en el dueño de esta vida, las esperanzas de Titta de disfrutar con una dolce vita corren en una fracción de segundos. Es así que se convierte en una máquina, un ente incapacitado para producir alguna emoción positiva o alguna clase de acción meramente impulsiva. Solo el miedo lo impulsa. No obstante, incluso esta terrible emoción al final se vuelve decisiva en su destino.
Titta le retribuye a la mafia por el error cometido en su juventud, al transferir dinero a un banco suizo una o dos veces por semana. Dicho círculo vicioso no parece tener fin, al estar confinado en el hotel, este individuo se transforma en una criatura distante, malhumorada y sin vida, demasiado agotada para mostrar algún suspiro de interés por la corriente monótona de la subsistencia humana.
De tal manera que la indolencia, la vanidad y la soledad se vuelven sus únicos amigos. Nada más que la heroína le permite disolverse de este plano y deshacerse con ello de su condición constante de hombre muerto. Para su fortuna, una joven y atractiva camarera muy persistente en sus intentos por atraer la atención del hombre y por ende conseguir acceder a sus pensamientos devuelve de su sueño a nuestro personaje. Al principio, al ser un pesimista consumado en temas del amor, toma la decisión de arriesgarse una vez más en su vida. Pero el más mínimo cambio que pueda afrontar en esos terrenos, provoca que Titta, por primera vez, se sienta con la certeza de que nadie antes lo amó y que la vida misma nunca lo ha amado. En ese sentido, lo único de lo que este ser se arrepiente y de lo que está seguro es de la amistad que mantuvo con un hombre que pertenece a su pasado.
Por supuesto que el filme me desconcertó con su representación sutil y monótona de la vida de un hombre que permanece enterrada bajo la tensión de sus propios pensamientos y su incapacidad interior para rendirse ante la misma, al mismo tiempo que se percibe como insuficiente para derrotar a este mundo. Desde luego, por si no resulta evidente, es esa clase de creaciones por las que me siento atraído naturalmente, debido al hecho que se trata de una obra que te sumerge en un estado de ánimo cimentado en un conjunto de emociones, concepciones y desidia propias de la vida de una persona, lo cual me permite comprender mi propia percepción del mundo y el lugar que ocupo entre todo el resto de los mortales que lo habitan.
Para terminar de arruinar el suceso, el final de la historia se ha ganado mi más profunda admiración. Siendo básicamente un acontecimiento simbólico y metafórico, atesora una versión más realista y la más autentica de lo que pudiera ser la fase final en la vida de estas personas. Ser enterrado bajo un cúmulo de cemento una y otra vez en su vano intento de engañar a este mundo. En suma, la falta de inteligencia lo único que provoca en esos casos es ser traicionado, estafado y destruido por el resto.
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