Director: Nabil Ayouch
Duración: 95 minutos
País: Marruecos / Túnez / Francia / Bélgica / Estados Unidos
Elenco: Mounïm Kbab, Mustapha Hansali, Hicham Moussoune, Abdelhak Zhayra, Saïd Taghmaoui, Amal Ayouch, Mohamed Majd, Hicham Ibrahimi, Nadia Ould Hajjaj, Abdelkader Lofti, Khalil Essaadi, Abdessamad Tourab Seddam, Ahmed Lahlil, Karim Merzak, Halima Frizi, entre otros.
" Un grupo de niños que vive en la calle decide abandonar a la pandilla a la que pertenece, lo que provoca que el líder busque una gratificación de su parte. Después de que uno de los niños muere, el resto intenta encontrar los recursos para darle a su amigo una despedida adecuada"
¡Pero qué clase de mentiras cuenta mi hijo!, piensa la mujer que suele ejercer el oficio antiguo de cortesana, mientras retoma su papel como la madre de Ali escuchando como su hijo decide inventar una historia sobre cómo ella presuntamente deseaba vender sus ojos a una empresa local de televisión, que está ahí, en esos lugares que parecen trincheras en las calles de Casablanca para filmar un documental que llevará por tema central la vida de los que han huido de sus hogares para vivir en cualquier avenida.
Pero, un impostor se halla entre ese grupo de niños vagabundos que inhalan pegamento, entre esos ladrones y el resto de estafadores. Irónicamente, Ali es su portavoz, ya que el nene cuenta con su propia habitación a la que puede regresar cuando así lo desee, allí lo aguardan una cama y sábanas limpias, así como una radio que reproduce cassettes y una agradecida madre que lo acuesta por las noches. Entonces, hace acto de aparición el momento vital cuando la periodista le pregunta a Ali en donde está su madre; el chico mira a la cámara y declara con toda calma que la prostituta está muerta.
Poco después de la entrevista, Ali es golpeado por una roca errante en la confusión de una disputa, este golpe fatal, se transforma en nada más que la indemnización sin sentido que recibe por haber dejado a una banda de harapientos callejeros y nihilistas (básicamente porque usan un grito de protesta que expresa que la vida es un montón de mierda) que son liderados por un tipo mudo que es como una especie contemporánea del flautista de Hamelin, ya saben, por su talento casi natural para atraer a las ratas.
Como sea, abandonados por la numerosa cuadrilla de mugrosos, solamente para contemplar la simple verdad de la súbita e inoportuna muerte de Ali, Omar, Boubker y Kwita se cargan sobre los hombros la enorme responsabilidad de enterrar a su amigo caído, mientras se mantienen a salvo en las duras calles de Marruecos.
Narrada en una forma que recuerda bastante a lo empleado por el lenguaje cinematográfico del neorrealismo italiano, esta obra contiene una serie de secuencias de fantasía, en las que el personaje de Kwita mantiene vivo el sueño de Ali de convertirse en un marinero, adoptando para ello la ilusión de un largo y mágico viaje marítimo con dirección a una isla que se encuentra en el cielo, como si fuese propia. Asimismo el filme resuelve disponer de breves interludios animados en el paisaje urbano (por ejemplo, una valla publicitaria con cara de mujer) como una forma de proyección del sueño de Kwita de navegar acompañado de una linda colegiala de la que está enamorado y a la que suele contemplar a la distancia.
En una original escena, el mocoso determina interpretar ambos lados de los participantes de una conversación imaginaria con su enamorada, mientras ella se encuentra de pie junto a un conjunto de flores reconstituidas más adelante como un dibujo de trazo simple realizado a mano. De tal manera que, al combinar realismo con fantasía, la cinta cuenta su polvorienta historia acerca de la vida en la calle como si de una perfecta amalgama se tratase. Ese neorrealismo mágico es el principio rector y testimonio evidente del espíritu indomable de un niño que sirviéndose de ese recurso logra evitar los hechos concretos acerca de las sombrías perspectivas que la vida le tiene reservadas, persistiendo de manera obstinada en la idea de que sus sueños pueden mudar en asuntos corpóreos.
Un poco más adelante en la trama, en una escena que resulta crucial dado que subraya la poética fílmica de la que se valen en esta creación, los niños se topan con una pintura en un sitio improbable que representa el viaje náutico de Ali hacia aquella isla de sus sueños. Este retrato cobra el significado que tendrían unos jeroglíficos de la otra vida, un pictograma que se ubica dentro de una cueva que anteriormente había albergado el cuerpo sin vida de un niño, mientras que sus queridos amigos esperan que la súbita redada de la policía que se encuentra sobre ellos y que acontece en el muelle se termine pronto, para conseguir así escapar de su refugio improvisado.
Kwita pretende que todo Marruecos recuerde a su amigo caído, pero Ali está lejos de ser una figura heroica si se le extrae del contexto de la ideología patriarcal de la cinta. Al principio de la misma, cuando los chicos son descubiertos espiando a la madre de Ali mientras ella entretiene a uno de sus clientes, la mujer expresa su consternación por las palabras tan duras que su hijo expresó cuando fue entrevistado para la televisión. Aunque Ali era un niño que estaba bien cuidado por su madre, no podía soportar la vergüenza de caminar por su vecindario con una prostituta.
De acuerdo con la tradición musulmana, esta casi prohibido que las mujeres inicien las relaciones sexuales, a pesar de que que el proceder del islam que se práctica en Marruecos es de modo considerable menos estricto que en otras partes del mundo.
En otras escena, Omar finalmente reúne el coraje para contarle a la madre de Ali Zaoua que su hijo ha muerto y le devuelve una brújula, un dispositivo de navegación que es, metafóricamente hablando, una brújula moral. Es decir, ahora que posee el instrumento que tanto le ayudó a Ali, su flecha también apuntará para que la señora encuentre la dirección correcta en esos terrenos de lo que es tildado como decoroso. Incluso, la invitación que se extiende a la prostituta madre de Ali para que asista a su funeral, es como un castigo por sus transgresiones pecaminosas. En pocas palabras: es su culpa que Ali se haya escapado, es su culpa que él esté muerto.
Sin embargo, lo que realmente determina que la película funcione son las actuaciones naturales y convincentes de la mayoría del elenco. Algunos brindan esa apariencia de estar completamente derrotados, otros gozan de carácter y cierto grado de madurez, y otros solo brillan por ser los más jóvenes del grupo. Da igual, todos son mostrados de modo decisivo con un aspecto muy deprimente.
En general, es una de esas producciones de tamaño reducido debido a su escaso presupuesto, pero que más allá de eso detenta un gran nivel como obra cinematográfica; un filme que logra cubrir sus debilidades con sus puntos fuertes y ofrece una historia deprimente, incluso si tiende a ser demasiado sentimental en sus propios términos.
Por lo menos, intenta agregar algunos trazos a la silueta de un problema que al parecer es tan complejo como irremediable.
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