
Director: Christopher Nolan
Duración: 148 minutos
País: Estados Unidos/Reino Unido
Reparto: Leonardo DiCaprio, Joseph Gordon-Levitt, Ellen Page, Tom Hardy, Ken Watanabe, Dileep Rao, Cillian Murphy, Tom Berenger, Marion Cotillard, Pete Postlethwaite, Michael Caine, Lukas Haas, Tai-Li Lee, Claire Geare, Magnus Nolan, entre otros.
" Cobb es el mejor del mundo en el arte de la extracción: apropiarse de los secretos del subconsciente justo en el momento en que la mente de la víctima es más vulnerable: durante el sueño. El extraño don de Cobb le ha convertido en un hombre muy codiciado en el mundo del espionaje corporativo, pero también le ha condenado a ser un fugitivo internacional costándole todo lo que alguna vez ha querido. Para ello el y su equipo tendrán que realizar lo contrario a lo que llevan a cabo habitualmente: la incepción, que consiste en implantar una idea en el subconsciente en lugar de sustraerla."
Una de las grandezas de Nolan y su modo de hacer cine, es su habilidad para unir contenido y entretenimiento de primer nivel. Uno tiene un público más reducido, y el otro a menudo nos pide que dejemos el cerebro en la entrada del cine. Es verdad que a veces nos lo pide el cuerpo, pero en temporadas como la de verano esto último se vuelve una constante. Dicen que en verano la basura huele mas, tan cierto y rotundo como aplicable al cine, y si no echenle un vistazo a la cartelera, habla por sí sola.
Mi opinión, como quien disfruta de una buena historia sin importar las altas pretensiones, es que este no es su mayor logro, aunque en cuestiones artísticas no tiene nada que envidiarle a Memento o a The Dark Knight; no sólo visualmente, tal vez si en el nivel argumental. El mundo del espionaje mental se presenta como algo sistemático, estilizado y simbólico pero a la vez concreto. Es muy cierto que la mente puede producir monstruos más aterradores que los que se muestran aquí, sin embargo en este caso, se transforman en un micromundo que funciona e involucra al espectador, despertando su interés. Las actuaciones son muy buenas, el desarrollo es denso y frenético, lo que genera sensaciones incomparables. No por ser elegantes, los secretos de la mente mostrados son menos aterradores, al evocar nuestros propios monstruos.
El juego de capas de realidad no es nuevo. Es de hecho tan antiguo como Platón o Descartes. Es un tema recurrente porque nos lleva acompañando mucho tiempo. Lo que si es novedoso es el enfoque en que es presentado, con su propia nomenclatura y sus propias normas. El planteamiento de que las ideas son unos organismos como los virus, mucho más resistentes que estos es mostrada en todo su esplendor.
Me atrapó de una manera irresistible por el modo en el que la acción siempre está en contexto, por los personajes que cuentan con un nivel adecuado de profundidad y por ello se ganaron mi simpatía. Hasta los pequeños chistes son genuinamente divertidos.
En última instancia, esta película no es probablemente el tipo de cinta que deba ser analizada después de una sola visión, y no debe ser vista ni una sola vez con ninguna idea preconcebida o expectativas por las nubes. Entretanto, y sin dar demasiados detalles, será lo mejor que se pueda expresar, sin considerarlo una exageración, que es una obra nada menos que un impresionante logro que se recordara por siempre.
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