
Director: John Carpenter
Duración: 99 minutos
País: Estados Unidos
Reparto: Kurt Russell, Kim Cattrall, Dennis Dun, James Hong, Victor Wong, Kate Burton, Donald Li, Carter Wong, Peter Kwong, James Pax, Suzee Pai, Chao Li Chi, Jeff Imada, Rummel Mor, Craig Ng, entre otros.
" Jack Burton es un camionero que en el barrio chino de San Francisco, le gana una gran cantidad de dinero a Wang Chi. Este lo convence para que, antes de cobrar el dinero lo lleve al aeropuerto a recoger a su prometida Miao Yin. Cuando la chica es secuestrada por unos gángsters chinos, Jack se propone rescatarla y es así como entra en el tenebroso mundo de Lo Pan, un mago que tiene 2 000 años y que gobierna sin pueda en el mundo de los espíritus."
Carpenter ha sido uno de los mejores cineastas que el género de lo fantástico ha dado en las últimas décadas, pese a que sus últimas obras hayan ido perdiendo el brillo que lucieron otros de sus reconocidos proyectos en los ochenta. Es por ello que en muchos influye la nostalgia para valorar de manera positiva esta obra, aunque en realidad no deja de conservar intactas ante el paso del tiempo todas sus cualidades.
Esta película es una broma dentro del cine de entretenimiento, pero es una broma genial, muy por encima del promedio de un género que en ese momento presentaba un declive sumamente marcado. Carpenter supo diferenciar entre ser un director que hace su trabajo con frescura y otro que es sencillamente un tipo que no se toma en serio nada, ni siquiera la comedia. Hoy, por desgracia, abundan más los segundos y hasta él ha llegado a estar entre ellos ocasionalmente. Claro, nadie es perfecto.
Y es que en este caso, no era fácil salir airoso de un guión que contaba una historia muy enredada. Un relato que habla de mandarines milenarios que viven en San Francisco y que sólo pueden volver a la vida tomando por esposa a una china de ojos verdes, que narra las aventuras de una periodista entrometida que en algún momento es secuestrada por una banda de proxenetas asesinos y para rematar detalla la vida de un camionero impresentable que supuestamente sólo anhela rescatar a su camión de monstruos salidos de las tinieblas, que además es amigos de magos que trabajan como guías en algún autobus turístico. De verdad que no es nada sencillo, sin embargo Carpenter encontró la mejor solución.
Primero, no se tomó las cosas muy en serio y en cambio se dedicó a parodiar alegremente las claves del género. Eso significa que hay que reírse de uno mismo, sin reirse del público. Segundo, filmando con oficio y eficacia, especialmente en las escenas de acción y consiguiendo que todo fluyera con naturalidad, sin pretensiones innecesarias. Y tercero, construyendo la historia con un elenco de personajes que poseen mucha carisma y que le brindan coherencia a tan ecléctica combinación. En ese sentido, cabe destacar la participación de Kurt Russell que acierta en el despliegue de Jack Burton, un hombre descuidado, fastidioso y altanero que cuando intenta arreglar algo, lo termina haciendo de casualidad.
Otro punto que llamó mi atención fueron las escenografías más ordinarias, si es que las comparamos con otras historias de este tipo, ya que suelen contar con un presupuesto más alto y por ende son más elaboradas, aunque como se ve aquí no siempre mejores. También son sus cualidades el gran maquillaje, los dignos efectos especiales y un villano que se acerca a algo muy humano, capaz de mostrar debilidades y anhelos. Pero, lo mejor de todo es el ritmo que como espectador no te deja un segundo de descanso, lo que lo convierte en un ejercicio para entretenerse sin complicaciones, sin que ello implique que te puedan tomar como a un idiota.
Merecidamente es hoy un filme de culto.
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