
Directores: Fernando Meirelles, Kátia Lund (co-directora)
Duración: 130 minutos
País: Brasil / Francia
Actores: Alexandre Rodrigues, Leandro Firmino, Phellipe Haagensen, Douglas Silva, Jonathan Haagensen, Matheus Nachtergaele, Seu Jorge, Jefechander Suplino, Alice Braga, Emerson Gomes, Edsol Oliveira, Michel de Souza, Roberta Rodrigues, Luis Otávio, Maurício Marques, etc.
" Aclamada en todo el mundo, esta historia verdadera de crimen y redención ha ganado numerosos premios, incluyendo el Premio del Público del American Film Institute y el Vision Awards en el Festival Internacional de Cine de Toronto. Las calles del barrio más bajo del mundo, "Ciudad de Dios" en Río de Janeiro, es un lugar al que combatientes fotógrafos temen pisar, al que la policía rara vez visita y en el que los residentes son afortunados si llegan a los 20 años. En medio del crimen y la violencia, un débil y temeroso chico crecerá para descubrir que puede ver la dura realidad de su alrededor con una mirada diferente: la mirada del artista. Aún teniendo todo en contra, su valiente ambición de convertirse en fotógrafo profesional no sólo es una ventana a través de la cual ve su mundo, sino es también su salvación."
Esta película retrata sin complejos ese otro Brasil que en otra época andaba oculta bajo las bonitas postales de las playas de Río, las preciosas rubias de alrededor de veinte años con sus espectaculares bikinis amarillos, o incluso la fanática pero no menos impresionante estatua de "El Cristo Redentor".
Exceptuando producciones estadounidenses, en no muchas cintas se puede manifestar abiertamente que se te quedarán grabados en la memoria los nombres de los personajes, no sólo los personajes protagónicos, aquí si sucede. Todo el que la ha visto jamás olvidará esos motes tan creativos: Buscapé, Cabeleira y Zé Pequeno.
Como algunos lo han mencionado en cuanto a datos técnicos es muy parecida a Goodfellas (de que la he hablado con anterioridad), pero en este caso se ha situado por mérito propio entre las mejores películas de la década, y quién sabe para el futuro.
Particularmente pienso que envejecerá bien, pues radica su fuerza en los violentos personajes y eso nunca pasa de moda, aparte de tener una estructura moderna, no exagerada, basada en movimientos inteligentes de cámara que se enganchan una y otra vez a la historia.
Posee un ritmo frenético, antes de querer darte cuenta ya estás prendido a las desventuras de la favela.
Es una obra que confirma que la violencia engendra más violencia. Todo esto en un barrio maltrecho donde la violencia, la dureza no es una opción, es supervivencia.
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Saludos