
Director: Alfred Hitchcock
Duración: 96 minutos
País: Reino Unido
Reparto: Margaret Lockwood, Michael Redgrave, Paul Lukas, Dame May Whitty, Cecil Parker, Linden Travers, Naunton Wayne, Basil Radford, Mary Clare, Emile Boreo, Googie Withers, Sally Stewart, Phillip Leaver, Selma Vaz Dias, Catherine Lacey, entre otros.
" Los viajeros del ferrocarril Transcontinental Express sufren el retraso de una noche a causa del mal tiempo en un país de centroeuropa. Los pasajeos pernoctan en un pequeño hotel del pueblo, en donde Iris Henderson conoce a una vieja institutriz inglesa, la señora Froy. Poco después de reanudar el viaje Iris se da cuenta de la desaparición de la anciana, pero todos afirman que su amiga no existe y que padece una alucinación."
Al gran Alfred Hitchcock se le conocía popularmente como el Maestro del Suspenso, pero es evidente que ese mote, como a otros compañeros de profesión, le quedaba pequeño, y aunque es cierto que sus películas más famosas son thrillers, estas eran mucho más.
Se comenta que Don Alfred le decía a Truffaut sobre este filme: " Es una fantasía. Una auténtica fantasía" y la verdad es que no podía definir con mejores palabras la esencia de esta cinta. En este proyecto nos encontramos con la penúltima obra del director en Inglaterra antes de irse a Hollywood y con la que seguramente sea la obra cumbre en su país natal, una insuperable muestra de la personalidad de su autor que nos regala un pequeño monumento al entretenimiento que combina de manera brillante el suspenso, la comedia, la acción y la aventura, al tiempo que nos deja una obra que resume a la perfección lo mejor de sus anteriores filmes.
Esta sabia mezcla de géneros comienza en clave de comedia. Hitchcock situa sabiamente la acción mucho antes de que la dama que le da nombre al título desaparezca con la intención de presentarnos a una curiosa galería de personajes y situaciones, mientras poco a poco introduce calculados elementos extraños dentro de la trama que hará que los personajes se posicionen de un lado u otro y obren en consecuencia a lo largo de la cinta, que en su segunda parte evoluciona hacia un thriller salpicado con toques de comedia y que finalmente de paso a la acción y a la aventura con una pasmosa habilidad y una indudable maestría.
Aquí es donde además las casualidades cobran especial importancia como motor de la acción y reafirman la película como una maravillosa fantasía: recordar la revelación de la etiqueta del té mexicano, como Iris conoce a Miss Froy tras el accidente de la maceta o como la inicial postura de los dos ingleses evitará la rápida solución del enigma.
Una fantasía que lo es también desde el punto de la estupenda y habitual puesta en escena de Hitchcock: la panorámica de inicio que presenta el hotel de Brandika; el asesinato del guitarrista, la terriblemente divertida escena del alojamiento de la pareja de ingleses llevada al absurdo total, los planos subjetivos de Iris mareada, la magnífica secuencia de los vasos con droga en la que se alternan planos distintos de los detectives con los vasos siempre en primer término, o como no el entrañable Macguffin musical.
Una obra maestra para no perderse, repleta de suspenso, fantasía, situaciones hilarantes, una impecable realización y secuencias memorables.
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