
Director: John McTiernan
Duración: 107 minutos
País: Estados Unidos
Elenco: Arnold Schwarzenegger, Carl Weathers, Elpidia Carrillo, Bill Duke, Jesse Ventura, Sonny Landham, Richard Chaves, R.G. Armstrong, Shane Black, Kevin Peter Hall, entre otros.
" Un comando de mercenarios es contratado por la CIA para rescatar a unos pilotos apresados por la guerrilla en la selva centroamericana. La misión es un éxito, pero durante el viaje de regreso se dan cuenta de que algo invisible está cazándolos, uno a uno. Ese algo resulta ser un cazador fuera de este planeta, que se queda con los cráneos de sus víctimas como trofeo."
Si algo tuvieron los ochenta es que nos regalaron una cantidad considerable de los iconos populares que habitan nuestra subcultura, y esta película no podía ser la excepción. Así es, ya no se hacen películas como ésta, tan típicamente de aquella época, producciones que inauguraron el género de la acción tal y como lo conocemos, impresionando por su desfachatez y violencia gratuita a los que eramos unos niños por aquel entonces.
Porque es mi obligación subrayar que esta cinta en aquellos días, era una de las favoritas de mi padre; así que puedo hacer el cálculo y manifestar abiertamente que en mi infancia debo haberla observado en más de un par de ocasiones y me agradaba, pero a la vez me provocaba mucho miedo.
Enmarcada en el subgénero de criaturas de otro mundo como The Thing o la ilustre Alien, siendo pariente directa de esta última, además es de agradecer que en proyectos de estas características la criatura es realmente creíble, en tanto y cuanto se puede tocar (metafóricamente), su corporeidad es evidente, es más, siempre tuve una enorme curiosidad sobre quien se ponía ese disfraz de 'Cazador de la selva" y hoy ha quedado satisfecho ese capricho.
El hombre encargado de emprender tan laboriosa tarea tanto en esta primera parte como en la floja secuela, fue Kevin Peter Hall, cuya vida fue sumamente peculiar. El no había sido la primera opción para vestir el traje del Depredador, sino Jean-Claude Van Damme, quien fue relegado de la producción por ser muy bajo de estatura. Así que Hall, un hombre que media más de 2 metros ocupó gustoso la plaza vacante. Lo irónico del asunto, es que esa criatura de semejantes capacidades físicas moriría de neumonía, luego de contraer el VIH de una transfusión de sangre contaminada. Ni modo.
Es evidente que dicha interrogante sobre quien era el sujeto debajo del traje, era para conocer con exactitud a quien debía brindarle mis más sinceras felicitaciones por la interpretación. Y eso no significa que me he encontrado con una obra vulgar que vista décadas después me sonroje por la simplicidad de sus efectos especiales, sino que me alegra toparme con productos que han envejecido bien y me resultan más verosímiles que los infomerciales a los que nos quieren acostumbrar por las madrugadas.
A menos del maestro de la acción McTiernan (Die Hard, Last Action Hero) tampoco podría haber sido de otra forma, con una criatura que posee cierto carisma y que sorprende, una banda sonora interesante, y unos personajes haciendo lo que mejor saben hacer, el espectáculo está más que servido.
El argumento es simple, sin embargo funciona como mero conductor de la acción y el entretenimiento en estado puro, divierte por una gran cantidad de momentos y algunos diálogos inolvidables, repletos de excesos ochenteros.
En fin, otro de los imprescindibles pesos pesados de la acción con mayúsculas, puro espectáculo. Esa clase de cintas que le encantan a padres como el mio. Lástima que para no variar la cagaran tanto en su secuela al intentar reproducir el éxito de este ejercicio. Nada más basta con mencionar que en ella aparecía María Conchita Alonso. Ya ni hablar de la infame Alien vs Predator.
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