Director: Alan Parker
Duración: 93 minutos
País: Reino Unido
Reparto: Scott Baio, Florrie Dugger, Jodie Foster, John Cassisi, Martin Lev, Paul Murphy, Sheridan Earl Russell, Albin 'Humpty' Jenkins, Paul Chirelstein, Andrew Paul, Davidson Knight, Michael Jackson, Jeff Stevenson, Peter Holder, entre otros.
" Película de gángsters protagonizada enteramente por niños. La historia cuenta como el joven Bugsy Malone acabará siendo un gran capo de la Mafia en el Nueva York de los años 20. En esta divertida película las pistolas no disparan balas sino nata."
Siempre será gracioso admitir que un director como Alan Parker, quien es mejor conocido por ser un realizador de cintas violentas y con mucha sangre o dramas maliciosamente labrados, haya comenzado su carrera con esta obra brillante. Estamos frente a una singular película con temática de gángsters que se mezcla con un musical y que es interpretada únicamente por niños que se dedican a darle vida a personajes adultos.
Que todo funcione tan bien en el proyecto a pesar del bajo presupuesto con el que contó, se debe en primer lugar a la gran capacidad histriónica de todo el elenco (sí, aunque fuesen niños), después al talentoso diseño de producción que elaboró cada uno de los escenarios que vemos en cada musical y en cada escena, y por último (pero no menos importante) a la grandiosa lista de canciones que lo componen y que fueron escritas por Paul Williams. Así es, parece muy sencillo, sin embargo cuando otros han intentado copiar un concepto tan peligroso como este, terminan patinándose sobre el camino. Y es que en esto del cine, como en muchos aspectos de la vida, menos es más.
La cinta es una comedia con algunos números musicales dispuesta a recrear las películas de gángsters de los años 30, con un elenco artículado completamente de mocosos. Seguramente, el reparto de no excedía los 16 años. En lugar de sangre y ametralladoras, estos jóvenes pistoleros disparan a través de sus armas algo que se acerca a una sustancia entre la nata y la crema.
Probablemente no sea tan elegante y tan llena de encanto como aquellos filmes, ni cuente con la misma riqueza de detalles como los que apreciamos en un ejercicio como Cotton Club, sin embargo sus intenciones son buenas y eso para empezar es un enorme avance. Su humor es refinado y está lejos de parecerse al de muchos clásicos del género que ya han sido olvidados por el público. Además, costó menos que la ya mentada producción de Francis Ford Coppola que es mala, no obstante su refinamiento.
El título de la película es una referencia al personaje principal, un jóven que está decidido a conquistar a Blousey Brown, una inexperta cantante que intenta a toda costa conseguir una oportunidad para trabajar en el club de "El Gordo" Sam, un poderoso gángster.
Bugsy también está involucrado con la chica de Sam, de nombre Tallulah, quien también es cantante. Eso sí, ella es mucho más bonita e inteligente que Blousey.
Para mí, esta es una de esas extrañas películas por las que incluso podría sentir celos, nada más por el simple hecho de no haber podido participar en ella. Espero que me comprendan, a mi entender todo esos niños se la pasaban genial dando vida a cada uno de sus personajes, convirtiéndose en adultos por unos cuantos minutos en un proyecto muy divertido. ¿Qué más se podría pedir a esa edad?
Y es precisamente ese detalle el que la convierte en una cinta tan emotiva. Niños que juegan a ser las versiones en diminutivo de unos adultos en una película de mafiosos. Bastante original si se considera que en la mayor parte de las cintas que cuentan con situaciones de esta clase, simplemente nada de esto ocurre. Siempre tiene que aparecer algún adulto en la película, interpretando al padre o a la madre de alguno de ellos. Aquí no, se dejó a los nenes que actuaran sin ninguna barrera, sin ningún tapujo y realizaron un maravilloso trabajo.
En fin, si te topas con ella en algun video club o, más imposible aún, si la transmiten por la televisión algún día, no te la pierdas, es muy entrañable.
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