Director: Cy Endfield
Duración: 138 minutos
País: Reino Unido
Elenco: Stanley Baker, Jack Hawkins, Ulla Jacobsson, James Booth, Michael Caine, Nigel Green, Ivor Emmanuel, Paul Daneman, Glynn Edwards, Neil McCarthy, David Kernan, Gary Bond, Peter Gill, Tom Gerrard, Patrick Magee, entre otros.
" Sudáfrica, 1879. Un centenar de soldados ingleses esperan el ataque de 4. 000 guerreros zulúes. Tienen órdenes de resistir en su puesto, y a pesar de la aplastante superioridad númerica del enemigo, están dispuestos a luchar hasta el final."
Como ya me lo imaginaba, después de observar la película, leía con tristeza algunas críticas que se han publicado y algunas hacen hincapié en la dudosa moralidad que plantea la historia.
Estamos hablando del Imperio Británico y al mismo tiempo el relato se refiere al Colonialismo, dos bestias negras que parece que provocaron en su momento, granitos y ronchas en la piel a algunos espectadores.
Pues bien, yo sí aplaudo esta proeza y expreso directamente que a mi me parece que no hay nada indignante en la historia, y de poco moral menos.
En esta crónica de guerra el valor y la voluntad están por encima del bien y del mal, entre otras cosas porque el director no se detiene a lanzar piedras a diestra y siniestra. Evita claramente la división maniquea (cualquier actitud que mantiene posturas extremas, sin puntos intermedios) y no alude en ningún momento a la dualidad enemigo/amigo para desarrollar su proyecto. Para él, son sólo un puñado de hombres que provienen de mundos opuestos y que están en el sitio que les tocar estar. De negros y blancos aprendemos una lección que se grabará en la memoria. El problema es que la verdad parece que duele.
La puesta en escena es magnífica, así como las interpretaciones de los actores. Destaco al extraordinario Michael Caine por pura afiliación personal, ya que este hombre es un ejemplo de lo que todo actor debería ser: cuenta con una personalidad impresionante y con una forma de desarrollar sus personajes que va mucho más allá de repetir las frases de un guión. Además, la ambientación es inmejorable y parece casi un milagro que siendo siempre el mismo espacio reducido, no resulte repetitivo en ningún momento. Es más, consiguió meterme de lleno en aquel paisaje desértico, bajo ese sol de Sudáfrica en pleno estruendo de la guerra.
Los diálogos son impresionantes, de los que ya no se hacen. Frases memorables expresadas en el momento oportuno y reflexiones de los distintos personajes, los cuales están justamente definidos, tanto como para llegar a empatizar con ellos sin que se haga pesado, y le brindan profundidad y complejidad a toda la trama.
Muchas preguntas se quedan sin respuesta, y las que se dan, no son las que se estaban esperando. Porque en esta cinta se puede llegar a descubrir que el heroísmo no es cuestión de patrias, ni de honores, ni de ambición; el heroismo puede ser algo desmoralizante, una forma de sobrevivir, un medio para ayudar al compañero, lo que queda tras superar al miedo. Porque en esta película los héroes tienen miedo y tiemblan de puro espanto. Más humano imposible.
El mayor defecto que le encuentro es lo poco creíble de las muertes, poco realistas, demasiado exageradas. Pero bueno, no hay que darle más importancia. También le quita puntos el hecho de que haya historias paralelas que alargan la duración de la obra innecesariamente, como la de una tal Margareta, que ni siquiera se sabe si realmente existió.
Sea como sea, al final llegué emocionado. Me conmueve la entereza del ser humano, no obstante sus defectos. Agradezco que existan este tipo de cintas en las que sale a relucir lo mejor de las personas sin complacerse con las miserias humanas, como parece que es la tendencia de hoy en día.
Resumiendo, una película recomendable y que los amantes de este tipo de cine verán reiteradamente. Que pena que ya no se hagan ejercicios cinematográficos así.
Comentarios