
Director: Peter Jackson
Duración: 179 minutos
País: Estados Unidos/Nueva Zelanda/Alemania
Reparto: Bruce Allpress, Sean Astin, John Bach, Sala Baker, Cate Blanchett, Orlando Bloom, Billy Boyd, Jed Brophy, Sam Comery, Brad Dourif, Calum Gittins, Bernard Hill, Bruce Hopkins, Paris Howe Strewe, Christopher Lee, entre otros.
" El portador del anillo Frodo y su fiel amigo Sam se dirigen hacia Mordor para destruir el Anillo Único y acabar con el poder de Sauron. Mientras, y tras la dura batalla contra los orcos donde cayó Boromir, el hombre Aragorn, el elfo Legolas y el enano Gamling intentan rescatar a los medianos Merry y Pippin, secuestrados por los ogros de Mordor. Por su parte, Saurón y el traidor Saruman continúan con sus planes en Mordor, en espera de la guera contra las razas libres de la Tierra Media."
La segunda entrega de los anillos es a mi juicio la peor de las tres. Es de aventuras como la primera, pero en esta entrega también mezcla más elementos como amor y personajes más carismáticos. Es entretenida pero muy tediosa.
Peter Jackson da rienda suelta a su lado más sangriento en una digna y épica continuación.
Tomó un mayor riesgo en esta segunda entrega, pero sin traicionar lo que ya había conseguido. La cinta, en efecto goza de un aura épica inigualable, es más entretenida, pero menos sugestiva, sorprendente y obscura.
A los norteamericanos les viene como anillo al dedo el recordar esta eterna lucha entre el bien y el mal que arrojó millones de dólares en taquilla.
Frodo cede protagonismo a Aragorn pues Elijah Wood no aguanta todo el peso de la cinta. Sam por otra parte llega a lo insoportable, rayando en lo cursi y sentimental en su servidumbre y Gamling (que en la película se nombra como Gimli) es utilizado como bufón (uno muy malo por cierto).
El director hace gala de su soltura narrativa a través del montaje paralelo, vehículo prioritario y esencial para esta segunda parte. Aun así, la incertidumbre y la tensión no llegan a involucrar de igual manera, se aprecia una menor precisión, una disminución en la humanidad y complejidad de los personajes y como resultado de esto, la pérdida de intensidad y emoción, algo parecido a lo que le ha pasado a la música.
La decadencia de Saruman, la enemistad entre los hombres y la entrada de nuevos personajes no acaban de resultar de manera tan eficaz.
Se disfruta de todos modos, se está ante la presencia del primer actor digital que compite con el actor humano y vence totalmente.
La menos buena de la trilogía de Jackson.
Comentarios
Simplemente me encanta.
Te quiero amigo