Director: Quentin Tarantino
Duración: 111 minutos
País: Estados Unidos
Reparto: Uma Thurman, Lucy Liu, Vivica A. Fox, Daryl Hannah, David Carradine, Michael Madsen, Julie Dreyfus, Chiaki Kuriyama, Sonny Chiba, Chia Hui Liu, Michael Parks, Michael Bowen, Jun Kunimura, Kenji Ohba, Yuki Kazamatsuri, entre otros.
" La novia es una asesina que, el día de su boda, es atacada por los miembros de la banda de su jefe, un tipo llamado Bill. Sin embargo consigue sobrevivir, aunque queda en coma. Cinco años después la mujer despierta, con un trozo de metal en su cabeza y el deseo de venganza en su corazón."
En el año 2003, Quentin Tarantino rompió con la estética y la manera de hacer de sus anteriores películas, para llevar a cabo una mezcla de géneros cinematográficos que iban desde las cintas de samurais hasta el western.
Atrás quedaron los asesinos vestidos de negro de "Reservoir Dogs" y "Pulp Fiction", la mafia o la pasión por la música para dar paso a una historia de venganza con un toque de gore en determinadas escenas, pero siempre respetando esos toques tan característicos del director.
Gloria de Tarantino. Este particular cineasta es uno de los que más me gusta. En su larga trayectoria como director muy selectivo, le dió vida a una historia que me conmocionó y emocionó. Quedé absorto una vez culminada esta primera parte, quedé con ansias de ver la segunda y de sorprenderme tanto como con la primera. Pero habría que esperar un año hasta la llegada de ésta otra. Ambas me atraparían por completo.
La venganza es uno de los temas preferidos del cine y ha contado con muchas representaciones de la misma, casi en todas sus facetas posibles.
El primer volumen de Kill Bill es la demostración de una excelente confección por parte de Tarantino como pocas veces se ha visto en el cine reciente. Una suma de influencias que convergen en un producto fabuloso que ve en su parte final su máxima expresión.
La secuencia en el restaurante final es ya parte de la historia del cine, al menos de la historia del cine contemporáneo.
Todo desprende una esencia japonesa de manera increíble, desde los títulos de crédito iniciales. La música, las peleas llenas de acrobacias, así como la excepcional lucha en las sombras, los propios diálogos, el alegato de una memorable Uma Thurman tras haber cercenado las extremidades de los "88 locos" en un baño entero de sangre, las coreografías largas e intensas y la propia historia en sí, emanan un sentimiento nipón como pocas veces se había conseguido en una película americana.
Y es que, esa es la cuestión para quienes son los detractores de esta cinta, deberían comprender que no es otra cosa más que un filme con carácter de homenaje. En este oportunidad Tarantino quiso honrar a todo las influencias que lo marcaron a lo largo de su vida.
Una historia simple que acaba siendo un arma de doble filo ante la necesidad de hacer algo grande con ella, y Tarantino lo consigue, con sus travellings, sus planos secuencia, el uso de recursos solo vistos en otras producciones que distan del comercial Hollywood y sus fuentes de sangre tan irreales como pretenciosas, que no consiguen desvirtuar el conjunto de la película, unidos a unos diálogos "marca de la casa" que si bien no se acercan a las anteriores cintas del director dejan su esencia en algunos momentos.
Es una película que detonó dos cuestiones en el público: a quienes no les agradó la criticaron hasta el cansancio expresando que cuenta con personajes vacíos comparados con los anteriores creados por Quentin o que tiene un guión paupérrimo o que tal vez ni lo tenga; en pocas palabras que es una película hueca.
A quienes (para mala fortuna de aquellos opositores) logró deleitarnos, nos animó de manera inmediata la casi irrefrenable necesidad de asistir a la conclusión de la trama en su segundo acto. Pero ya habrá oportunidad para manifestarlo.
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