Director: Ingmar Bergman
Duración: 91 minutos
País: Suecia
Reparto: Victor Sjöström, Bibi Andersson, Ingrid Thulin, Gunnar Björnstrand, Jullan Kindahl, Folke Sundquist, Björn Bjelfvenstam, Naima Wifstrand, Gunnel Broström, Gertrud Fridh, Sif Ruud, Gunnar Sjöberg, Max von Sydow, Ake Fridell, Yngve Nordwall, entre otros
" Un médico va a recibir un homenaje de su universidad. Repentinamente, tras un sueño en el que contempla su propio cadáver, decide emprender el viaje en coche con su nuera, que se ha ido de casa de su hijo tras una discusión por su embarazo. Durante el viaje parará en la casa donde pasaba sus vacaciones de niño, donde crecen fresas salvajes y donde tuvo su primer amor."
A estas alturas del siglo XXI, con más de cien años de cine a nuestras espaldas es difícil de creer que alguien se siente a ver una película de Ingmar Bergman sin saber lo que con toda seguridad se va a encontrar.
En mi opinión, una de las grandes películas de la historia del cine, en la que, tal vez sin que Bergman se lo propusiera muy conscientemente, cristalizan de forma sistemática y coherentemente una serie de temas que andaban pululando por su cabeza (la relación con el otro, la posible o imposible trascendencia, el tiempo, la muerte, los sueños y la memoria) y que aquí se conjugan armónicamente en el tema dominante del film: las preocupaciones filosóficas del hombre.
La búsqueda de la felicidad no es un fin en sí mismo, sino más bien un efecto colateral que nada tiene que ver con la voluntad y el proceso racional, sino con aquellos productos secundarios que se obtienen en la elaboración del principal, por llamarle de alguna manera.
Haciendo felices a los demás, comportándose de manera altruista e incondicional, uno puede llegar a sentirse bien con uno mismo que es tanto como decir "llegar a ser feliz".
Muchos consideran a Bergman un cineasta de corte pesimista, afirmación que me parece es cierta sólo en parte.
En esta película, si hay consuelo frente a este vacío de la existencia, frente a la ausencia de un dios conciliador y bondadoso. Esto es, el amor como la única salvación posible.
Es un monumento a la vida. Te muestra que la existencia humana puede llegar a ser muy corta, por viejo que uno sea, si no la supiste llenar con lo más importante del ser humano: los sentimientos hacia sus semejantes más cercanos.
Lo anterior se resume en dos simples afirmaciones: Bergman, cine profundo y vivir es morir.
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