El ruido de la soledad penetra cada uno de mis sentidos, el silencio del teléfono nunca fue tan agonizante, es fulminante estar aquí, frente al celular esperando una llamada que nunca sonará.
Es terrible observar que el tiempo se detiene en este instante tan doloroso y saber que su paso es cada vez más lento, postergando este duelo, mi mundo se desmorona dentro de mi alma o debería decir que mi alma se desmorona dentro de este mundo, el cual ya no tiene sentido, porque donde quiera que voltee se aparecen sombras sin rostro, con palabras sin sentido y le suplico a Dios que no postergue mi letargo, que me fulmine con un rayo de dolor, que arranque de un tajo todo lo que soy para que el olvido sane las llagas de mi corazón.
Pero no me escucha porque me encuentro en un limbo infinito; donde la luz no se hace presente y sólo las oscuridad de mi tormento se encuentra conmigo, el sufrimiento es constante y parece que no tiene final, es como si el castillo que construimos junto a la playa fuera deslavado por pequeñas olas y con cada uno de los granos de arena que se disuelve en el agua, se pierde un sueño.
Las 12:00 a.m. anunció la medianoche, y mi teléfono se quedó ahí, quieto, frio, estéril sin tu voz, mi cuerpo necesita expulsar el torrente de agua que expresa el dolor de tu partida y antagónicamente también la alegría de tu libertad.
No puedo dejar que el río fluya en mi cuarto, mi madre se encuentra a escasos metros y te odiaría si me viera así pensando que es por tu causa, sin saber que fui yo el causante de mi dolor y de la destrucción de lo perfecto.
Estoy en la ducha, el agua fría recorre mi cuerpo desnudo y el agua tibia de mis ojos recorre los escombros de mi alma, ambas se funden en mi rostro tratando de limpiar mis sentimientos, pero es inútil hoy me encuentro de rodillas en el suelo de la regadera suplicando que regreses y me arrastro por el piso esperando recoger las migajas de tu amor perdido, pero sólo encuentro el vacío.
Destrozado y humillado sobre el fango, mi boca esboza una sonrisa porque sé que tú... ¡serás feliz!
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