
Delirio interpretativo que evoluciona de forma progresiva, con una lógica aparentemente perfecta y sin deterioro intelectual. La paranoia es raro que se establezca de forma pura, por eso es más conveniente hablar de personalidad paranoica, cuyos rasgos esenciales son una exagerada susceptibilidad, una hipervaloración del yo, desconfianza y una construcción mental peculiar.
Las paranoias son psicosis delirantes generalmente crónicas, cuya gravedad puede variar según sea la estructura de la personalidad que se ve afectada y se organizan como desarrollos delirantes. Provocan que, con el transcurso del tiempo, se construyen ideas patológicas alrededor de la vida del sujeto que las padece, afectando a su medio familiar, social y laboral. También pueden ser cuadros clínicos agudos, ya que pueden estos sujetos padecer descompensaciones agudas, de diferente intensidad provocadas por una inadaptación con el medio ambiente o contexto socio cultural del momento. El DSM-IV, manual de Psiquiatría, la denomina "trastorno de ideas delirantes" y los criterios en los que se basa para su diagnóstico son la presencia de ideas delirantes no extrañas, de por lo menos un mes de duración, como aquellas que implican situaciones que ocurren en la vida real, como ser seguido, envenenado, infectado, amado a distancia, o engañado por la pareja, o tener una enfermedad. Además sus alteraciones en la conducta de los individuos, no son debidas a los efectos fisiológicos de sustancias como drogas o medicamentos o a enfermedades médicas. La paranoia se conoce además como un estado mental patológico en el que el paciente sufre delirios (percepciones y creencias sistemáticas y erróneas, desconectadas de la realidad y resistentes al cambio) de los cuales los más comunes y más conocidos son los de persecución y de grandeza. A finales del siglo XIX, Sigmund Freud definió la paranoia como un trastorno mental en el que el síntoma primordial es la extrema desconfianza hacia los demás; la personalidad paranoide llega a creer que los que le rodean quieren asesinarle. En la forma más grave, la psicosis conocida como esquizofrenia paranoide, el paciente puede tener alucinaciones en las que personajes históricos, mitológicos o religiosos se le aparecen y le transmiten mensajes, alucinaciones obviamente conectadas con los delirios de grandeza del paciente.
Lo cual me lleva a la conclusión que si estabamos en estado psicótico porque ya escuchábamos pasos o sonidos arriba de nosotros; creíamos estar bien, sin embargo ya estabamos más dormidos que despiertos. No hay de que preocuparse, se entiende mejor así... además ya entiendo un poco de mi paranoia porque hace rato escuché que algo se cayó y no era cierto. Si soy un apasionado idealista. Uno de los tipos de delirios en los que se sueña con sistemas políticos de paz universal.
Aunque hay que recordar que hay varios factores que afectan a ella como: la afectividad, la estructura biológica de la memoria y obviamente la personalidad.
Resumiendo todo, la paranoia puede considerarse con derecho, más una "cualidad" presente en alguna medida en el rendimiento normal, que como una monstruosidad completamente extraña e incomprensible. Esta cualidad nos hace precavidos y propende a la defensa y pone en acción instintos esenciales para la supervivencia. El aumento desproporcionado de intensidad y sobre todo su fijeza y rigidez hacen de este componente instintivo, un síntoma, tal vez una enfermedad.
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