Fargo (1996)

Director: Joel Coen

Duración: 98 minutos

País: Estados Unidos

Reparto: William H. Macy, Steve Buscemi, Peter Stormare, Kristin Rudrüd, Harve Presnell, Tony Denman, Gary Houston, Sally Wingert, Kurt Schweickhardt, Larissa Kokernot, Melissa Peterman, Steve Reevis, Warren Keith, Steve Edelman, Sharon Anderson, entre otros.

" Un hombre sumiso y tímido, casado con la hija de un millonario que le mantiene totalmente alejado de su fortuna, decide contratar a dos delincuentes para que secuestren a su esposa, y así con el dinero del rescate poder montar su propio negocio. Pero en el transcurso del rapto, tres inocentes resultan brutalmente asesinados, siendo el comienzo de una serie de muertes sin sentido que tendrá que resolver la policía."

Una de mis películas favoritas de los Coen, quizás la que más me gusta junto a Barton Fink. Fargo es una cinta de contraste entre lo que aparentemente te están relatando y el modo en que lo están haciendo: los hechos del argumento son terribles, por ejemplo, pero a menudo te provocan más risa que lástima.

La violencia y la crueldad contrastan con un humor muy negro que está presente desde la primera escena, cuando Jerry llega una hora tarde a su cita con los matones (los personajes son tan patéticos que ni eso son capaces de hacer bien, y en adelante sus errores cada vez serán mayores).

Los Coen cuentan una historia trágica, pero ante todo se ríen de todo lo que ocurre y de todos los personajes. La misma película es un ejemplo de esta ironía, porque aparece disfrazada de gran thriller americano, serio y solemne, basado en hechos reales, y sin embargo todo es mentira.

No solo la presunta solemnidad, que no es tal, sino también lo de que estaba basada en hechos reales (información que los Coen reconocieron haberse inventado), otra parte más del disfraz.

Por eso Fargo es en cierto modo una tomadura de pelo al espectador, una gran broma que paradójicamente les sirvió para obtener al fin el reconocimiento de Hollywood.

Siempre los habían menospreciado, y de repente hacen este filme, cuentan lo mismo de siempre pero con un aire un poco más clásico y diciendo que es real, logrando que todos se postren a sus pies.

Frances McDormand me cautivó desde los primeros planos, su papel es bastante divertido, lo borda con ese aire de despistada infalible, no me extraña que ganara el oscar, lo merecía sin duda alguna y del resto del reparto me sorprendió William H. Macy, que consigue darle a su personaje el toque de ambición y estupidez justo, a partes iguales.

Para el que no la haya visto, debo decirle que se está perdiendo un thriller con buenas dosis de humor negro, llevado magnificamente por los Coen, que consiguen retratar muy bien ese microcosmos de Minneapolis y a sus pintorescos habitantes, se nota que se criaron allí.

La película no da respiro desde el principio, la trama comienza a funcionar desde el primer segundo sin aburrir en ningún momento. No hay una sola escena aburrida ni de relleno, y si que hay una buena cantidad de secuencias memorables que no contaré porque es mejor verlas.

Eso sí, tampoco se ilusionen mucho, que ya es de sobra conocido que las posibilidades de que una película defraude son directamente proporcionales a las expectativas que se pongan en ella.

Para mí es una obra maestra, pero quizás influyó que mis esperanzas de que me encontrase ante una buena pelicula fueran nulas, y que la viera con esa desgana y apatía que provocaban en mí los días nublados.

Intenten pues, verla en similares circunstancias y olviden todo lo bueno que les he dicho sobre ella. Si pueden.