Me he aliado a la muerte, porque la muerte es un renacer, es el comienzo del fin, lo renovado y lo perfecto.
La vida en cambio es una etapa en que morimos cada día, puede ser que hasta a veces sea un castigo.
Ya no le temo a la muerte porque presiento que puede ser el final de un largo tormento, disfrazado de bellas apreciaciones.
Ando pesimista y lo sé, de todas formas es bueno expresarlo, quizás todo mejore.
Existen personas que poseen en sus vidas una luz permanente de alegría y que sólo experimentan de vez en cuando la tristeza, sin embargo también existen personas que poseen en sus vidas una oscuridad permanente y que sólo experimentan de vez en cuando la alegría.
Siento que aquellas últimas, en la vida se vuelven más humanas porque conocen más de cerca el dolor, mientras que las otras se deprimen por banalidades.
Personalmente, he esperado muchos años por la felicidad permanente, no obstante nunca ha llegado así, para mí, sólo son situaciones fortuitas que cuando se van, dejan de iluminar mis momentos.
Gracias a esto siento ser más vulnerable a otros que sienten dolor y puedo entender cuando alguien me dice que : "le duele el alma".
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