
Director: Charles Chaplin
Duración: 124 minutos
País: Estados Unidos
Reparto: Charles Chaplin, Paulette Goddard, Jack Oakie, Reginald Gardiner, Henry Daniell, Billy Gilbert, Grace Hayle, Carter DeHaven, Maurice Moscovitch, Emma Dun, Bernard Gorcey, Paul Weigel, Chester Conklin, Esther Michelson, Hank Mann, entre otros.
" Un humilde barbero judío tiene un parecido asombroso con el dictador de la nación Tomania, Adenoid Hynkel, que promete sacar adelante y culpa a los judíos de la situación del país. El dictador ataca el país fronterizo, pero es confundido con el barbero por sus propios guardias, siendo ingresado en un campo de concentración. Simultáneamente, el pobre barbero es confundido con el dictador. "
Chaplin no sólo fue un creador de sueños. Además fue un director comprometido y valiente. Cuando en Europa la Segunda Guerra Mundial se encontraba en sus primeros compases y la locura de Hitler tenía la rienda suelta y sin freno, a Chaplin se le ocurrió la feliz idea de realizar una de las más brillantes parodias jamás pensadas sobre el enajenado dictador alemán, su partido nacionalsocialista y, en general, sobre cualquier forma de dictadura.
La divertida y corrosiva sátira, plena de denuncia, y no exenta de amargura por las atrocidades humanas, lanza su demoledor ataque contra las bases del nazismo totalitario. Y el ataque llegó en plena contienda real.
Chaplin, inteligente y agudo, captó la esencia del nazismo a la perfección y la recreó admirablemente en esta ácida comedia. Gracias al despliegue de medio de que hizo gala y a un trabajo de puesta en escena y ambientación meticulosos, las imágenes son un derroche de detalles que representan hasta un extremo fascinante y ridiculizante la tecnología destinada a servir a la guerra, la majestuosidad y la opulencia del palacio del dictador, la pausada tendencia de los partidos totalitarios a inundarlo todo con sus símbolos representativos (en este caso, existe un gran similitud entre las aspas y la esvástica del partido real), sus gestos de identificación, los discursos fanáticos y retumbantes del dictador y las restricciones y penalidades del ghetto judío.
Asímismo, el vestuario también es digno de mención.
La capacidad creativa y satirizante de Chaplin continuó en la línea de "Modern Times", mostrando aparatos y maquinarias que simbolizan la esclavitud humana a una tecnología utilizada con frecuencia con fines deshonestos y destructivos, añadiendo su toque de inventos y objetos inútiles o que nunca funcionan.
Chaplin aprovechó el indudable parecido físico entre su entrañable Charlot y Hitler para llevar a cabo un doble papel: el del dictador por un lado, y el de un barbero judío que rinde tributo al desaparecido Charlot adoptando su vestimenta, sus ideales románticos, su tendencia a meter la pata y meterse en líos y a luchar obstinadamente por la justicia.
Me he reído a carcajadas con la genial parodia del acento alemán y del tono de voz desaforado que adopta Adenoid Hynker, imitando los escalofriantes discursos del Führer.
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