
Director: Clint Eastwood
Duración: 131 minutos
País: Estados Unidos
Reparto: Clint Eastwood, Gene Hackman, Morgan Freeman, Richard Harris, Jaimz Woolvett, Saul Rubinek, Frances Fisher, Anna Levine, David Mucci, Rob Campbell, Anthony James, Tara Frederick, Beverley Elliott, Liisa Repo-Martell, Josie Smith, entre otros.
" Western crepuscular que relata la historia de William Munny, un pistolero retirado, viudo y padre de familia, que pasa por dificultades. Hace años que abandonó la violencia, pero ahora su única opción para sacar adelante a su familia es hacer un último trabajo como caza recompensas, acompañado por un viejo socio y un joven e inexperto novato que se hace llamar 'Schofield Kid'. Su misión: matar a dos hombres que cortaron la cara a una prostituta."
Posiblemente esta película es el último gran western. Y si a alguien como yo, aficionado al western, le dicen que si se puede cerrar de mejor forma, seguramente diría que no.
Tenemos al sucesor de John Wayne, nada más y nada menos que Clint Eastwood, que a su vez es el último director clásico. Éste debutó con uno de mis directores favoritos, Sergio Leone, y aprendió de su mentor Don Siegel la necesidad de estar seguro ante una filmación, por lo que solo usa una toma. Y por tanto, a ambos está dedicada la película.
Este es posiblemente el gran western crepuscular, y el mejor western americano desde la década de los sesenta.
Esa sensación que deja la historia, con un guión brillante, es la de estar viendo un western que quiere desmitificar todo lo anterior, romper con el propio género, terminar con cualquier intento de crear una nueva rama de películas del oeste.
Hay escenas realmente poéticas, con una fuerza visual abrumadora, como Munny disparando contra las latas afuera de su casa o esos planos con el atardecer de fondo que recuerdan a George Stevens.
Una fotografía impecable. Brillante y luminosa al comienzo, para ir oscureciéndose poco a poco, a medida que Munny vuelve a ser quién era.
Un montaje pausado, permitiendo contemplar cada escena de manera que se entienda la situación sin necesidad alguna de diálogos. El guión muestra las entrañas de una mente asesina que intenta escapar de su destino, al igual que le pasaba a Michael Corleone.
La crítica mordaz llega también contra la autoridad y su abuso, personificada en el genial Little Bill, magistral Gene Hackman, que ajusta la ley según su creencia, sin usar la razón en ningún momento.
Y bueno, hay que hablar de las interpretaciones que son bastante buenas. Desde Morgan Freeman, hasta el ganador del oscar (el ya mencionado) Hackman, pasando por Harris, o por el joven, ahora desaparecido, Jaimz Woolvet.
Y por supuesto, no podía faltar Clint, que en cada plano demuestra lo grandioso actor que es. Su sola mirada hace innecesarios los diálogos, se sabe lo que piensa en cada momento de su atormentada vida, máxime al final, cuando descubre quién es realmente.
En definitiva, el hombre sin nombre, ya sin su manta se ha hecho viejo, y cierra el western de la mejor manera posible.
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