
Director: Stanley Kubrick
Duración: 116 minutos
País: Reino Unido/Estados Unidos
Reparto: Matthew Modine, Adam Baldwin, Vincent D'Onofrio, R. Lee Ermey, Dorian Harewood, Kevyn Major Howard, Arliss Howard, Ed O'Ross, John Terry, Kieron Jecchinis, Kirk Taylor, Tim Colceri, Jon Stafford, Bruce Boa, Ian Tyler, entre otros.
" Un grupo de reclutas se prepara en Parish Island, centro de entrenamiento de la marina Norteamericana. Allí está el sargento Hartman, duro e implacable, cuya única misión en la vida es endurecer el cuerpo y alma de los novatos, para que puedan defenderse del enemigo. Pero no todos los jóvenes soportan igual sus métodos. "
Nada menos que siete años después de la terrorífica 'The Shining', Kubrick volvía a su mirada hacia el horror sin necesidad de apoyarse en coartadas fantásticas, sino mostrando las entrañas del mayor engendro que hemos creado como especie: la Guerra.
Pretendido o no, cada pelpicula de Kubrick sienta cátedra, quedando como obras poderosas, únicas e indiscutibles, y de tal perfección que impide cualquier tratamiento posterior por otros autores.
En este caso, Vietnam ya contaba con esa joya indiscutible 'Apocalpyse Now' (de la que ya he hablado) por lo que la apuesta que hace Kubrick es el mayor lance de su carrera. Y era normal que llegara.
Al director neoyorquino siempre le interesaron las fracturas históricas: tanto antiguas (Spartacus), como actuales (Dr. Strangelove), y siendo Vietnam la mayor fractura, era coherente que Kubrick diera su visión. Sólo que ésta choca con todas las películas realizadas sobre este conflicto.
Vietnam es su disculpa para trazar un retrato sin ilusión del instinto de agresión que domina a nuestra especie y lo hará acompañando al recluta "bromista" en un viaje desde el orden de la instrucción al caos de la guerra.
Así en esa primera parte, magistralmente plasmada con el plano con el que se abre la película mostrando como se les corta el cabello a los reclutas, asistiendo a la transformación de aquellos jóvenes de mirada vacía en soldados, dándoles el sargento Hartman (espléndido Lee Ermey) una nueva novia: su fusil.
Es sobre ese severo sargento, cruel y vengador, sobre el que girará esta primera parte. Pero la grandeza de toda está reside en el pesimismo de Kubrick. Sabiendo la importancia de la instrucción marcial, ésta es irrelevante ante el peso de nuestro instinto agresor.
De hecho, esta máquina de matar perfecta adelantará su misión en un final tan edípico como el visto en 'The Shining'.
La segunda parte nos sumerge en Vietnam; un país de soldados, en el que la guerra es un telón de fondo del que llegan ecos, pero en el que nunca aparece ningún enemigo.
La originalidad de Kubrick es retratar un Vietnam que no se parece en nada lo visto en anteriores películas que trataron este conflicto. El clásico Vietnam de la jungla, siempre presente en todas, Kubrick vuelve su mirada a otra muy distinta: la jungla urbana. Al Vietnam nocturno de Apocalypse Now, el maestro Stanley lo cubre de luz, una luz cruda y tan descarnada como la guerra que para el autor, es el caos, pero no el espectáculo.
De hecho, se sirve de un único personaje para ilustrar las fuerzas que se desatan y que, pese al final de la película, no terminan de apaciguarse pues siguen en nuestro corazón llevándonos hacia un callejón sin salida.
Genial, como en todas sus películas, el reparto. Empezando por el vehemente R. Lee Ermey, hasta un moderado Matthew Modine; sin embargo entre todos únicamente destaca D'Onofrio. Él realiza una recreación alucinante, espeluznante.
Como anécdota, decir que engordó para el papel más que Robert De Niro, sólo que éste último se quedó con la leyenda.
Estamos ante una de las cinco mejores películas bélicas (en realidad, antibélica) de todos los tiempos, lo cual es mucho decir en favor de la calidad Kubrick teniendo en cuenta que 'Paths of Glory' es otra de esas cinco.
Se vea las veces que se vea, siempre levanta una sonrisa, un pensamiento o una angustia.
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