
Directores: Ethan y Joel Coen
Duración: 122 minutos
País: Estados Unidos
Reparto: Tommy Lee Jones, Javier Bardem, Josh Brolin, Woody Harrelson, Kelly Macdonald, Garret Dillahunt, Tess Harper, Barry Corbin, Stephen Root, Rodger Boyce, Beth Grant, Ana Reeder, Kit Gwin, Zach Hopkins, Chip Love, entre otros.
" En el estado fronterizo de Texas, en el año 1980, Llewelyn Moss, un cazador de antílopes que se encuentra cerca de Río Grande, descubre un día unos hombres acribillados a balazos, un cargamento de marihuana y dos millones de dólares en efectivo."
Los hermanos Coen siempre me han merecido mucho respeto por eso tan necesario como a veces ausente llamado originalidad. Traten de lo que traten, ya sean homenajes o de cosecha propia, sus películas llevan marcadas a fuego un estilo tan negro como sarcástico, para bien o para mal.
Todo parecía apuntar a que la magistral novela de Cormac McCarthy "No es país para viejos", que estos dos superdotados iban a adaptar iba a ser innecesariamente, permítanme la expresión "Coenizada". Pero, afortunadamente, no ha sido así.
Lo que me encuentro es con una adaptación fílmica poco menos que perfecta, que incluye rasgos tan sarcásticos aquí más afortunadados que nunca, pero que sabiamente no tapan en ningún momento el portentoso espíritu de la novela original, dejándolo tal cual. Y eso es muy de agradecer.
Lo que empieza siendo una formidable película de acción y suspenso, con una fuerza visual y narrativa brillante, con una violencia descarnada y cruda, con sangre, suciedad, humor amargo, dureza, resulta que se trata de una poesía al rojo vivo. Sacando lirismo de la crudeza.
El robo de un maletín con un montón de dinero dentro que se supone ha de solucionar la vida de un pobre diablo, acciona una devastadora espiral de violencia que arrollará con todo lo que se le pase por su camino. Y este huracán, que es la propia encarnación de la Violencia, así con mayúsculas, no es otro que el antológico personaje que ha creado Javier Bardem. Tan absurdo, desquiciado, temible y monstruoso, como la propia violencia, guiado por un principio tan injusto y atroz como el del azar, ya sea por la cara de una moneda o por el humor que tenga ese día.
Y lo que hace que esa rendición y lirismo salga a la luz, es el personaje del Sheriff Ed Tom Bell, interpretado por Tommy Lee Jones. El testigo de toda esta jungla repleta de cadáveres que está montando el depredador de Anton Chigurh, el que trata de evitar que esto ocurra, de pararle los pies al huracán. Pero sólo alcanza a tener suerte de que no se lo trague.
El Tommy Lee Jones de esta película significa la derrota, la tristeza, el crepúsculo, la rendición. Y así lo llega a comprender. No sólo es que ya no sea país para él, sino que no es mundo para ninguno de nosotros cuando tengamos la desgracia de cruzarnos con esa violencia implacable.
Grandiosa.
Y recuerden: " A veces yo también me río. No se puede hacer otra cosa."
Comentarios
Por cierto, su blog me pareció muy interesante, ya forma parte de mis favoritos.
Saludos,
Orlando.